
Libro de fácil de lectura, cómodo para casi cualquier público. Su accesibilidad es uno de sus puntos fuertes, especialmente cuando nos enfrentamos a algún autor de renombre a los que solemos coger con recelo ante una posible prosa farragosa destinada a "elegidos".
No es el caso de Capote en estas historias. El libro es lo que es: tres cuentos sencillos, familiares, emotivos, en los que mucha gente puede reconocerse en su devenir doméstico. Ahí está su virtud y su carencia: no aporta nada especial, no hay una prosa con un estilo diferente, no hay unas historias especialmente originales y sin embargo son unos cuentos bonitos, agradables de leer, de agradecida y emotiva sencillez.
Quizás se parecen demasiado entre sí, pero el hecho de que cualquiera pueda disfrutar con ellos los convierte en una estupenda opción.
Lo mejor: su sencillez, su emotividad.
Lo peor: la semejanza entre los cuentos.