"Hay panolis que se piensan que esto de escribir para uno es como el hablar a solas, cosa de chalados. Eso son ganas de enredar las cosas, porque uno no siempre dice lo que quiere y hay pensamientos que andan por dentro de uno y uno, por vueltas que le dé, no acierta a expresarlos, o a lo mejor, no le da la real gana de hacerlo. Uno es de una manera y como uno es, no lo sabe ni su madre y, sin necesidad de ir a lo zorro, uno nunca se confía del todo a los demás y si quiere recordarse de algo, no hay como comerlo a palo seco, sin el recelo de que otro venga a cachondearse de lo que dice. Ésta es la fetén y el que diga lo contrario miente".
Miguel Delibes: Diario de un emigrante

domingo, 31 de marzo de 2019

CAMINO DE PERFECCIÓN - PÍO BAROJA



Comencemos con una obviedad: Pío Baroja sabe escribir. Quiero decir con esto que hay autores con los que podremos acertar con la obra o con el estilo o no, pero que hay un éxito garantizado para cualquier amante de la literatura al recrearse en el manejo del lenguaje, en la creación de personajes o en la representación de la sociedad; es el caso de Pío Baroja (y el de toda la generación del 98, me atrevería a decir).

Repito, es un libro bien escrito. Especialmente en todo aquello que tiene que ver con la descripción de lo físico y de lo espiritual: paisajes, ideas, sensaciones. Un poderoso lenguaje al servicio de la historia, un lenguaje que es capaz de embellecer en su uso, un adecuado uso de símiles y metáforas para hacernos llegar las inquietudes humanas.

En todo caso, echaría en falta algo en el transcurso del libro. Con ese algo me refiero a la adecuada explicación en la transformación del personaje, Fernando Ossorio, desde su atormentada vida inicial a su aliviada vida posterior. No es que no ocurra, es que lo hace de forma algo artificial en cierto momento.

Igualmente es un buen libro. Tendrá algo especial para todos aquellos que no encuentran su lugar en la vida, que tienen ciertos planteamientos filosóficos recurrentes, que buscan angustiados sin encontrar. También lo tendrá para los amantes de la literatura costumbrista, de la generación del 98 y de Pío Baroja.

Lo mejor: el manejo del lenguaje, el personaje de Ossorio, especialmente en su vida más atormentada, por sus reflexiones.
Lo peor: cierto desfallecimiento de un personaje tan literario

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