"Hay panolis que se piensan que esto de escribir para uno es como el hablar a solas, cosa de chalados. Eso son ganas de enredar las cosas, porque uno no siempre dice lo que quiere y hay pensamientos que andan por dentro de uno y uno, por vueltas que le dé, no acierta a expresarlos, o a lo mejor, no le da la real gana de hacerlo. Uno es de una manera y como uno es, no lo sabe ni su madre y, sin necesidad de ir a lo zorro, uno nunca se confía del todo a los demás y si quiere recordarse de algo, no hay como comerlo a palo seco, sin el recelo de que otro venga a cachondearse de lo que dice. Ésta es la fetén y el que diga lo contrario miente".
Miguel Delibes: Diario de un emigrante

sábado, 3 de febrero de 2018

LA MIRADA DEL ALMA - Luis Mateo Díez





















Luis Mateo Díez es un escritor de renombre y miembro de la RAE; quiero decir que conoce de sobra el oficio. Y eso se nota, sabe escribir. Dicho esto, creo que el libro debería contar con el aviso "No apto para todos los públicos".

Me explico. Aunque la prosa es más que correcta, el libro únicamente será entretenido para aquellas personas que disfruten (pero mucho, mucho, ¡ojo!) con los ejercicios de estilo más que con la acción, con la metáfora y la contrametáfora encadenadas sin fin. El abuso de Luis Mateo Díez de este recurso, demuestra su habilidad como escritor, así como la creación de un discurso tremendamente sentimentaloide, enrevesado, de una retórica empalagosa y vacua. Entiendo (quizás por error) que un recurso tan válido como una metáfora debe partir de un hecho, de una idea que maquilla y adorna para explicar mejor y para convertir en bello el mensaje. No entiendo, por tanto, que de cada anécdota mínima chorreen metáforas sin fin que no pueden explicar algo que apenas ha ocurrido y que, lejos de embellecer, lastran la (mínima) acción ya que no aportan más que un recargado ejercicio de estilo.

Supongo que habrá lectores que puedan disfrutar de esta retórica engolada y autocomplaciente. No es mi caso. Y es tal el exceso, que pido aviso para lectores a los que nos es suficiente con el romanticismo de Bécquer y a los que "Las penas del joven Werther" de Goethe se nos hace otro panfleto azucarado y redicho.

Lo mejor: pensar que Luis Mateo Díez puede usar su talento para mejores causas.
Lo peor: la inacción, la retórica recargada.

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